En muchas ocasiones escuchamos que algunos negocios respiran personalidad, esos en los que se “siente” algo especial o aquellos en los que en definitiva se cuenta con un sello que no nos dejan indiferentes, ya sea por su imagen, por cómo están creados, por su interiorismo, por una atmósfera diferente, surtidos únicos y variados o su atención.
Las dos tiendas protagonistas que merecen esta publicación reúnen todas y cada una de estas distinciones, pero además, ellas poseen un factor diferenciador que las hace ser más inconfundibles/distintivas si cabe y que es compartido por nuestra marca BROTO. Nos referimos al factor humano, ese en el que la esencia de la persona sobresale sobre otros condicionantes, ese que identifica a las personas que lo dirigen, o mejor aún que las define por cómo lo viven y cómo lo sienten. Hablamos de la pasión que se respira en su trabajo, la profesionalidad, el entusiasmo, el mimo, el detalle, la dedicación y constancia, canalizado todo ello en el sello de identidad que representan sus tiendas y que se impregna en el cliente que les visita.
Uno de ellos es nuestro querido amigo Daniel Manzano, al frente de su nueva y preciosa tienda La Casa de Siempre, situada en la madrileña calle Modesto Lafuente, 6, que con tan sólo leer el nombre de su tienda nos transporta a nuestros orígenes, a los mejores recuerdos y sensaciones que tenemos todos de nuestro hogar, evocando al corazón y el alma de la gastronomía de siempre.
Nuestro otro gran compañero y amigo es Iván Pérez, a la comandancia de sus dos tiendas, La Cremosa, ubicada en Carretera General Tacoronte Tejina 217, y La Ardilla, ubicada en Carretera General Tacoronte Tejina 135 G , ambas en la preciosa y mágica isla de Tenerife.
Les invito a leer cada uno de sus artículos: